Social Icons

sábado, 25 de enero de 2014

Reflexiones

Todos lo más seguro, es que en algún momento de nuestra vida, hayamos tenido una batalla dentro de nosotros. Ya bien sea una batalla moral, de principios o la lucha contra una enfermedad. A mi me toca batallar una, muy trabajosa de ganar, el tabaquismo.

La dependencia al tabaco, es una de las causas mortales no naturales más extendidas en nuestro mundo, y de las más abundantes. Esto lo sé, de sobra, pero fumar para mi es un placer, un placer con un filo afiladísimo capaz de quitarte todo lo que quieres, incluida tu propia vida. Verán no hace mucho que fumo, solo hace unos meses que lo hago, concretamente desde agosto del año pasado. Tampoco fumo demasiado, al rededor de una cajetilla cada tres días aproximadamente. Por lo tanto no tengo una dependencia severa, aunque esto no quita lo perjudicial. Empecé a fumar pues como todos, por probar. Básicamente íbamos a ir a un bar de shishas, pero resultó estar cerrado, así que lo que hicimos fue comprar una cajetilla de cigarrillos saborizados. Cuando me fumé el primero, fue una maravilla; una plena sensación de relajación y un mareillo de lo más simpático y placentero. Un error garrafal por mi parte. En ese momento, falte al respeto al mundo, a mis padres, y lo peor, a mi mismo. Antes odiaba el tabaco, lo aborrecía de una manera casi fanática. Con esto quiero decir, que cualquiera puede caer en estas engañosas redes del tabaco.

Aunque se lo perjudicial que es, sigo fumando. Es más, ahora mismo estoy pasando por un proceso gripal un tanto severo y sigo fumando, aunque me duele el pecho con cada calada que doy, me arde literalmente la traquea y los bronquios. Es realmente adictivo. Lo que voy a decir ahora, se de sobra que es algo piscológico, pero aunque lo sea, ahí está. Realmente el tabaco me ayuda a una relajación muy buena durante todo el día. Aumenta mi concentración y mi capacidad de asimilación y organización. Pero estos aparentemente "magníficos beneficios" los adquiero a cambio de un precio demasiado alto, y no solo hablo del dinero. Me juego la vida con una simple decisión, dejarlo o no.

Muchos no lo saben, que diablos, nadie lo sabe, pero poseo un temperamento por naturaleza muy irascible e irritable. Desde que fumo, esto ha cambiado. Mi principal temor es volver a ser un cascarrabias, a estar constantemente estresado, y consecuencia de ello, estar irritable y bloquearme a la hora de abordar las cantidades inhumanas de trabajos de la Escuela. Y por un momento, creí que tenía la solución, el cigarrillo electrónico. Te lo pintan como una forma de ingerir nicotina de forma segura para tu organismo. Mentira.

El cigarrillo electrónico funciona mediante un liquidito, una solución de nicotina y glicerina entre otras sustancias. Resulta, que la glicerina, si la ingieres en principio no es tóxica; el problema viene cuando la atomizas y la "fumas". Entonces, se vuelve en una sustancia cancerígena, aunque es verdad, de una forma más leve que el alquitrán y otras sustancias que posee un cigarrillo. Por lo tanto, cuando me enteré de esto me desilusioné muchísimo. Solo quiero los mismos efectos relajantes que el tabaco, pero sin dañarme... Parece que es mucho pedir.

Tengo claro que lo dejaré, no quiero seguir aumentando el problema, pero no quiero renunciar a esa agradable sensación de serenidad y control sobre mi mismo. Y mira que he intentado de todo, incluida la meditación (la cual es una absurda pérdida de tiempo, no creo en la meditación). Quiero pertenecer al lado de los ganadores, al lado de los no fumadores, porque si decido unirme al bando de los "perdedores", ese camino, me llevará a la tumba antes de tiempo.

viernes, 24 de enero de 2014

Cosas

Muchas veces, mi vida la comparo con un puzzle, en el cual yo soy una pieza clave del mismo. Pero existe un problema con esa pieza, que muchas veces no encaja, y repito, es clave para darle sentido a todo el puzzle. Hoy me he sentido así.

Hoy ha sido un día en el que no encajé en nada. Por la mañana tuve una reunión de equipo con mis compañeros de trabajo. Somos José, Joel y yo; estamos realizando un proyecto muy serio, una aplicación móvil que espero, sea un referente en un futuro. Mientras debatían diferentes ideas para su desarrollo, yo me limitaba a observar y punto. No se me ocurrían ideas para mejorar la experiencia del usuario ni nada, que es lo habitual en mi, que se me ocurran ideas. Me limité a escuchar (y a veces ni eso), para luego desarrollar un concepto de la interfaz en Illustrator. Realmente esto es una nimiedad, aunque me frustró un poco no estar tan brillante. Sigo.

En la tarde mis compañeros de clase quedaron para hacer ciertos repasos a algunas asignaturas de cara a los exámenes de la semana que viene. En un principio había dicho que no podía ir, por falta de presupuesto para el coche, pero luego cobré mi paga y les dije que iba a ir. Sin embargo, más tarde se me quitaron las ganas, por el simple hecho de que no quería ver a nadie, no se me apetecía ir a Las Palmas más tarde. Así que "inventé" una excusa. Entre comillas, porque realmente, me quedé dormido. Sin embargo, magnifiqué el tiempo en el cual lo estuve. Muy mal por mi parte, un acto que lo calificaría incluso de cobarde, porque odio decir que no, y dar mis razones reales. Supongo que por miedo al rechazo o yo que sé que movidas y paranollas mías.

Luego recordé mi "dulce" infancia cuando leí el blog de mi amigo "El Gran Alex Sarman". Una entrada en la que recopilaba supuestas frases típicas de cada uno. Recalco, supuéstamente. Las frases de los otros la mayoría si eran ciertas, aunque magnificadas por él mismo. Las mías, no. Se limitó a ver un vídeo del famoso Zorman, el youtuber. Concrétamente el vídeo de "Yo soy friki". Y adaptó muchas de las frases de las letras del vídeo a mi, calificándome de cierta forma indirecta de gandul y gordo. Aquí es donde llega la parte de mi infancia. No fue especialmente dura, solo que tenía un padre borracho y despreocupado por mi, y unos compañeros de colegio molestos, cuyo mayor hobbie era meterse conmigo. ¿Por qué? No lo sé. Debo tomármelo como una broma de mal gusto y sin importancia, porque realmente, no lo pasé mal en la infancia por eso. No tengo ningún complejo ni nada. (Para los que no se han dado cuenta, a partir de "Aquí es donde llega la parte de la infancia", todo es sarcasmo.) Pero hay algo que aún me dolió más, fue la referencia a mi exnovia. Tampoco lo pasé nada mal cuando me dejó por un amigo el cual no cree en el amor. Falsedad, hipocresía. El tuvo muchas oportunidades antes de que yo apareciera, pero debido a su ideología sin fundamentos (así lo veo yo), nunca estuvieron juntos. En teoría, ella era libre de estar con quien quisiera, porque como no eran pareja... En fin, empezamos a ser pareja, en la distancia, pero una pareja en definitiva. Y cuando mi amigo se enteró, los celos se apoderaron de él, metió las narices. Luego de unos meses con el y ella fatales, esta última decidió cortar conmigo y empezar con él. Y lo más irónico, es que él sigue sin creer en el amor... ¿Entonces? Pues el señor Sarman, hizo una referencia a mi antigua relación alegando que, "tiene una novia que dice es muy guapa, nunca la vió" o algo así. Pues la quería, y mucho. Por muy lejos que estuviéramos. Por eso me ha dolido tanto todo esto. Creo que se ha pasado, un par de pueblos, pero en fin, es una broma, y como es una broma, no me debe doler en absoluto, así que fingiré que ha sido gracioso y seguiré adelante, es lo que debo hacer ¿verdad? Tragármelo como siempre, para no generarme enemistades.

Así que cuando llego de la escuela, me pongo a jugar, y cuando termino de jugar, me pongo a estudiar a jugar. Todo cierto, lo confieso, me pongo a jugar a que ceno y me acuesto a dormir para levantarme temprano, hacer algunas tareas, trabajos y repasos para estar al día en la Escuela. Es un juego muy divertido, pero sobretodo, didáctico. Ya no se hacen juegos así. Sarcasmo fuera. Sacrifico muchas cosas por mi carrera, y más sacrificaré en el futuro, porque irá a más. Me gustaría verlos a todos ustedes 7 horas al día en la escuela por la tarde, lleguen cansados de que Sari y Victor te hayan comido la oreja lo máximo a las once de la noche a casa, y luego a la mañana siguiente, tengan que abordar una cantidad ingente de trabajos a hacer. Menos mal que dosifico el tiempo como puedo para no volverme loco, y me sobran unas pocas dos horas por la mañana para salir a dar una vuelta o jugar un poco, teniendo en mente, que el fin de semana es un regalo de los Dioses para poder seguir haciendo trabajos por la mañana y por la tarde. (Lo mismo con las vacaciones)

No encajé en el colegio, no encajé del todo en el instituto los primeros años, no encajé con mis compañeros de trabajo ni de la Escuela, y tampoco estoy encajando con los viejos amigos. Porque simplemente he madurado, ya no me van todos esos rollos de machangadas. Me encantaría quedar con ellos de nuevo y reírme sanamente, pero no de cosas sin importancia real para mi como Google Wrestling, o las "Casloseadas". Le duela a quien le duela, aquí quedará escrita mi oponión, que para eso es mi blog.

Y aún queda la guinda del enorme pastel. Mi adorado padre borracho. Irascible donde los haya. Como ya es costumbre, mi hermana discutiendo con él a voces los dos, y yo con mi dolorcito de cabeza insignificante y nada discapacitante (me da igual si discapacitante no existe. ¿Lo entendiste? Pues bien). Voy a la cocina, al epicentro del desastroso enfrentamiento para tomarme la pastilla, cuando mi hermana mi dirige la palabra a voces. Ni sé lo que me dijo. Así que abrí la boca y de ella salieron las magníficas palabras "Vayanse a la mierda un poquito los dos". Tan harto estoy de esta rutina nocturna... Evidentemente a mi padre, en sus plenas facultades de alguien muy sobrio, no le sentó nada bien. Me empezó a alzar la voz y a desafiarme como si de un macho alfa se tratase. Así que le ignoré y me largué de la cocina hacia mi cuarto, no sin antes golpear con el puño la pared un par de veces, y claro está, no sin dar el ya típico portazo. (La puerta ni cerró con la ventolera que hace, pero la acción está ahí) Cogí mi abrigo tocho y la caja de cigarrillos, con rumbo a la calle, para dar una vuelta y fumarme un par de cigarrillos. (Oh bendito placer cancerígeno).

Intenté escapar por unos momentos de mi locura de casa. Escape de una escoria, para zambullirme en otra escoria aún peor. ¿Que le pasa a Guía? Antes a las diez y media de la noche no había ni un cristo. Me encuentro con un pueblo invadido por una subespecie humana, los niñat@s. Chavales y chavalas de 15-16 años que se creen dominan el mundo, cuando en verdad, no son ni capaces de dominarse ellos mismos. Cuando me dispuse a bajar a las Huertas por las escaleras que están al lado de la tienda Vodafone, me encontré a un pequeño grupo de estos seres. Sabía que si pasaba por ahí no iba a dejar indiferente a nadie. Así fue. Entre vítores y alabanzas al son de las palabras, "gordo, hijo de puta, te vamos a partir la cara", salí de las Huertas, para encontrarme un minibotellón en frente de la gasolinera. Escoria.

En definitiva, tampoco he encajado hoy con mi familia, y por suerte con la decadente sociedad en la que vivimos hoy.

Agusto me he quedado, demasiadas cargas encima. Y quien se haya ofendido en esta macroentrada, quiero que piense y se de cuenta de una cosa, que en el pasado, ellos mismos ya me ofendieron; e incluso hice el esfuerzo de tragármelo e ignorarlo, ya que soy un estúpido, que no sabe dar la cara, ni decir que no, para no ganarme descontento ni enemistades, porque ya tuve muchas en el pasado. Resumiendo, solo soy un infeliz cobarde.

Dicho está todo. Buenas noches.