Buenas a todos! Por fin tengo algo de tiempo para escribir algo. Han sido unos dos días de los más jodidos que recuerdo. Y el viaje en general, ha sido una secuencia de malas rachas de lo más sospechosa.
Ya empezamos a tener mala suerte ya en Gran Canaria. Al parecer se requería un estúpido certificado de residencia para viajar, cosa que yo no tenía. Por motivos que no vienen a cuento, el día 13, 3 días antes de irnos a TF, compré los billetes, pero para mi sorpresa, mi nombre estaba mal. En vez de poner David, ponía Oavil... Un error informático de lo más random la verdad. Así que al día siguiente fui a cambiar el nombre a mi billete a las oficinas de Armas del puerto. Lo cambié, pero no podían expedirme el billete, no tenía ningún certificado de residencia. Allí me cagué en mi puta madre. A esas horas el ayuntamiento ya había cerrado, y no abría hasta el lunes, el 15 era fiesta y el 16 tampoco abría. Parecía que no podría viajar. Sin embargo, podía expedir el certificado a través de la web del ayuntamiento. Guay! Había esperanza. Aunque se esfumó, al ver que me daba error y me decía que no estaba empadronado en Guía... El desespero se apoderó de mi.
Ya era jueves 15, día grande en Guía y festivo en todo el país. Mi madre, santa ella, consiguió que me hicieran el expediente en el ayuntamiento! No podía creérmelo, pero por fin podía viajar. Ahora el problema era Santi. A la tarde, al comprar los billetes de ellos, vimos que no tenía su certificado, lo había perdido. Otra vez los nervios florecieron en mi, aunque varias horas más tarde, se nos ocurrió que podríamos pagar la diferencia entre un billete normal y uno de residente, sin mayores problemas. Aún así, al día siguiente expedimos nuestros billetes, y Santi lo pudo expedir en forma de residente incluso, porque al menos figuraba en los archivos de fomento. Embarcamos y rumbo a TF.
El primer plan para el viernes, era ir a la playa, y pasar allí la calurosísima tarde, como 38º en toda la isla, un infierno. Dejamos todo en casa y nos preparamos para ir a las Teresitas. Pero se nos manchó la tarde, ya que tuvimos un choque con otro coche. Sep, tuvimos un choque. Veran, si hay algo que verdaderamente apesta en Santa Cruz, son sus carreteras. OH por dios, son de lo más mareantes y chapuzeras que te puedas encontrar. Lineas borradas, semiborradas, cruces de lo más random y sobre todo, ceda el pasos por un tubo. Apenas hay stops... Sin embargo, el choque lo tuvimos en una rotonda, ya que a los chichcas les gusta coger el carril interior y atravesar el carril exterior para salir. La muy puta hizo eso. Yo estaba bordeando pero ella atraveso la rotonda, y nos dio en el culo del coche... Y NO QUISO RECONOCER CULPA! Aquí son todos unos lajas, conducen todos como locos, comprobado. Aún así el coche aún podía seguir andando. Luego de toda esa mierda, conseguimos ir a la playa y pasar un rato muy divertido.
Al volver ocurrió lo más hijoputesco que me haya pasado nunca. Santi perdió las llaves de casa; le puede pasar a cualquiera, pero lo que me hizo enfadar fue lo siguiente. Cargados de cosas y compra, no pudimos entrar en casa. Intentamos durante 4 horas hacer negociaciones con el seguro de la casa, para que nos enviara un cerrajero, sin éxito. El seguro nos dejó tirados en la calle, y pagar uno era desorbitado. Luego de varias horas, y con muy poquita batería en el móvil, me puse a buscar un hostal o algo, al final encontré una pensión, en la que me fundí lo que me quedaba de dinero prácticamente. Era muy humilde y cutrillo. El tío muy amable, nos dio una habitación doble para tres personas, ya que en verdad está prohibido por políticas del lugar. Santi antes de irnos a dormir y tal, llamó a su madre, para que nos tragera un juego de llaves de repuesto que tenía en GC. La madre, conocé una vecina que trabaja en la naviera Fred Olsen, y podría mandarnos las llaves sin coste alguno. Era la última esperanza o pasaríamos el resto del viaje en la calle.
Nos despertamos y a primera hora, fuimos al puerto a ver si habían llegado. Pero no. Por problemas en el puerto, la chica no pudo enviarlas en el primer barco, tuvimos que esperar al segundo, que llegaría sobre las 12 de la tarde. Pues nada, nos fuimos a dar unas vueltas por ahí. Mi madre me llamó, con el móvil ya muriéndose, y me dijo que me enviaría más dinero. Os que felicidad... , y volvimos al puerto a ver si llegaron las llaves. Efectivamente el barco si había llegado, pero no nos dieron las llaves. Nos dijeron, que las oficinas no abrirían hasta las 16:30 de la tarde. Nuestro cabreo, fue monumental, pero nos calmamos y fuimos a comer. Me acordé de un sitio al que fui hace algún tiempo, y era la hamburguesería LiLi, la mejor hamburguesa de canarias segurísimo. Llegamos, y adivinad: cerrado por vacaciones. Joder es que no nos sale nada bien. Pues fuimos a otro sitio a comer. Luego de una comida bastante rica, nos fuimos al puerto. Las oficinas ya estaban abiertas, pero nos dijeron, que no bajarían las cosas del buque, hasta las cinco y media. No se puede tener más mala suerte. Esperamos ya allí mismo en el puerto. Comenzaron a embarcar los pasajeros, y la azafata que se encarga de comprobar los billetes, bajó por la escalinata de embarque, con un paquetero marrón. Santi no dudo en preguntar si eran unas llaves, y lo fueron... Por fin se acabó la odisea, y empezamos a vivir el viaje como debíamos.
Aún después de todo, han sido dos días divertidos y densos, pero también muy instructivos. Veremos que pasa los dos días que quedan.